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La transformación digital ha instaurado un mundo en el que convivimos con vehículos autónomos, fábricas inteligentes, ciudades totalmente conectadas, y donde el uso adecuado de grandes volúmenes de datos nos proporciona información valiosa. Pero, ¿somos conscientes de las amenazas que rodean estos avances?
La innovación tecnológica progresa a un ritmo vertiginoso proporcionando ventajas en todos los sectores, pero a su vez los riesgos también están prosperando y exponiendo a las empresas a un nuevo escenario donde las amenazas son mucho más abundantes y sofisticadas. Con las amenazas cibernéticas evolucionando de manera rápida y continua, establecer una estrategia eficaz de Ciberseguridad es cada vez más fundamental para generar confianza a la hora de apostar por la transformación digital.
Si hablamos de sistemas con aplicaciones industriales, la seguridad es incluso más considerable, ya que una brecha de seguridad puede ocasionar no sólo indisponibilidad del servicio o alteración de la información, sino daños personales o a infraestructuras.
En esta línea, la Ciberseguridad aporta valor real para la continuidad del negocio, donde la ciber-resilencia es una marca de calidad de cara a la innovación, al ser capaz de gestionar de manera efectiva las ciberamenazas o ataques a los procesos.
Durante el 2018 hemos sido testigos de cómo los líderes de las empresas están prestando más atención a los riesgos de Ciberseguridad y a cómo detenerlos, probablemente porque se están dando cuenta de los efectos negativos de no hacerlo. Una obligación que ha supuesto una ampliación de la demanda para reexaminar los procesos digitales, maximizar las estrategias de protección de datos y apostar por una gestión proactiva del riesgo de Ciberseguridad.
FUENTE: SMART INDUSTRY (http://bit.ly/2UycL6z)
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