Un reporte de comercio exterior del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, comenta que en los últimos años, las cadenas de suministro de alimentos y de productos agrícolas de México y Estados Unidos se han vuelto cada vez más integrados, eficiente e interdependiente en ambas direcciones.
Continúa mencionando el reporte que la frontera entre Estados Unidos y México es una de la más transitadas del mundo en términos de comercio, con miles de camiones de carga cruzando diariamente también con múltiples cruces ferroviarios de mercancías. El comercio hacia el sur, especialmente los envíos de granos y semillas oleaginosas dependen fuertemente en el tráfico ferroviario transfronterizo, así como en el transporte marítimo a través del Golfo de México.
En el año 2022 (enero-octubre), el 75 % del volumen y el 86% del valor total de productos agrícolas de las exportaciones a México cruzaron por tierra a través de la frontera entre Estados Unidos y México. En ese mismo período, los puertos marítimos de Nueva Orleans, Houston-Galveston y Mobile representaron el 24 por ciento restante del volumen y el 13 por ciento del valor. Principalmente de envíos a granel de granos y semillas oleaginosas, enviados por transporte marítimo a través del Golfo de México. Otros puertos marítimos de EE. UU. y los aeropuertos manejan menos del 1 por ciento de las exportaciones agrícolas de Estados Unidos a México. En cuanto al comercio hacia el norte, Las exportaciones de México a Estados Unidos están más concentrados en los envíos terrestres, dada la mayor proporción del país de bienes frescos y orientados al consumidor que se transportan por camión.
La infraestructura fronteriza, dedicada al intercambio comercial es también un área de oportunidad constante, donde los incrementos de flujo y la estacionalidad de muchos productos representan de grandes retos. La expansión y La modernización de la infraestructura fronteriza para manejar el crecimiento proyectado en los volúmenes de comercio es un proceso continuo que involucra a una variedad agencias locales, estatales y federales en ambos países.
En términos de valor, Estados Unidos tenía una participación de mercado del 64 por ciento de todas las exportaciones agrícolas a México en 2021. Inversamente, aproximadamente el 81 por ciento de las exportaciones agrícolas totales de México se dirigieron a Estados Unidos. Si bien es obvio en muchos sentidos, vale la pena enfatizar que si bien México lleva a cabo comercio con muchos países, ningún competidor puede igualar las ventajas logísticas de las casi 2,000 millas frontera terrestre con múltiples cruces fronterizos, y la capacidad de desembarcar productos a granel en buques transoceánicos a tasas relativamente competitivas. En lo que va del año 2022, la Unión Europea, Canadá, Brasil y Chile eran competidores distantes de los Estados Unidos en sus exportaciones agrícolas a México.
El comercio agrícola bilateral se está diversificando continuamente en términos de tipo de producto, modo de transporte, y aduana, pero los cruces comerciales en el distrito de Laredo son actualmente los más importantes tanto para los envíos hacia el sur, como los que van al norte. Una combinación de patrones históricos, infraestructura existente, la dotación de personal, y la proximidad a los mercados son factores clave. Esto no es para disminuir la importancia de otros puntos de entrada a lo largo de la frontera terrestre o de las principales rutas marítimas, sino más bien para señalar la orientación predominante del volumen del comercio agrícola.
La inversión en curso y planificada en la mejora de la infraestructura en ambos lados de la frontera también se centran en gran medida en los corredores que se originan o se conectan a esta área. En los últimos años, la relación comercial agrícola entre Estados Unidos y México ha seguido creciendo y diversificándose, y la magnitud del comercio realizado es clave para el éxito de los productores y procesadores en ambos lados de la frontera.
En medio de las continuas preocupaciones sobre la cadena de suministro tanto en América del Norte como alrededor el mundo, entender cómo, dónde y cuándo ocurre nuestro comercio bilateral es tan importante como siempre. El comercio también ha evolucionado en el sentido de que en muchos productos y sectores de nuestros sistemas alimentarios se han vuelto dependientes, donde los movimientos transfronterizos cada vez más integrados y eficientes son clave para nuestros respectivos sistemas alimentarios.
Los desafíos en un solo modo de transporte pueden tener efectos rápidamente a lo largo de esa cadena de suministro y crear desequilibrios e ineficiencias que repercuten mucho más allá del punto de origen original.
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