Uno de los factores torales es el nearshoring, donde las armadoras se encuentran en la búsqueda de minimizar costos. Pero también están los vientos en contra, como la posibilidad de una recesión
*Por Álvaro Hernández Gutiérrez,
analista de Grupo Financiero Intercam
El sector automotriz ha sido un sector estratégico para la economía mexicana.
En el 2018 alcanzó el punto máximo al representar el 3.9% del PIB y el 20.8% del PIB manufacturero. Para 2022, diversos factores internos y externos provocaron una caída en su participación.
De esta forma, colocó una influencia de 3.6% en el PIB y de18% del PIB manufacturero.
Sin embargo, está aras de recuperar el terreno perdido.
Una prueba de la evolución de la demanda son los inventarios en EE.UU. Anteriormente, las concesionarias mantenían elevados niveles de inventarios, entregas prácticamente inmediatas y una baja rotación.
Las tendencias de consumo apuntan a un consumidor que exige la personalización, reduciendo la necesidad de altos inventarios y aumentado la rotación.
Esto ha provocado que los inventarios y días de rotación en EE.UU. cayeran durante la última década.
A mediados de los 2010 nos encontrábamos en niveles de 1.2 millones de unidades y por encima de 100 días de rotación. Ahora, los inventarios se encuentran en 150 mil unidades y 20 días de rotación.
Un cambio significativo, que llegó para modificar la industria automotriz, así como sus necesidades de capital de trabajo.
Se encienden motores
Durante los últimos años la demanda per se en el sector se ha modificado por factores sin precedentes, como la pandemia y la consecuente disrupción de las cadenas de suministro, el desabastecimiento de materias primas e incluso la guerra.
En el 2023 todas estas cuestiones que habían impactado la actividad a nivel global se han venido disipando.
En el caso de México, hemos observado crecimientos exponenciales en el sector, no solamente en producción y exportaciones, sino además en ventas locales.
Podríamos suponer que, en gran medida, esto es producto de las bajas bases de comparación. Sin embargo, no hay que olvidar que la demanda sigue deprimida y que el consumo en Norteamérica permanece sólido.
En México, las ventas internas han experimentado un crecimiento sustancial.
En los últimos 12 meses se han sumado 1.2 millones de unidades, con crecimientos del 19.43% anual, una importante recuperación desde el mínimo de febrero del 2021, de 905 mil unidades.
Aún queda bastante camino por recorrer antes de alcanzar el máximo histórico de 1.637 millones de 2017.
Por su parte, la producción se encuentra en niveles de 3.5 millones, con un repunte de 14.51% anual, esto es, un 10% por debajo del máximo histórico, alcanzado en febrero de 2018.
Finalmente, las exportaciones suman 3 millones de unidades, si bien 11.61% de alza anual, 15% abajo frente al máximo histórico de julio del 2019.
Reconfiguración
Parecería que los últimos años han sido de retrocesos para el desarrollo de la industria.
No obstante, estas mismas fuerzas disruptivas han motivado a los productores automotrices a repensar la forma de hacer el negocio.
Uno de los factores torales en este cambio de paradigmas es el nearshoring, donde las armadoras se encuentran en búsqueda de minimizar los costos.
Para México, una de las oportunidades más representativas es la llegada del fabricante de autos eléctricos Tesla, con un estimado inicial de inversión de más de 5,000 millones de dólares.
Junto con ello, la instalación de los principales proveedores de Tesla podría detonar el crecimiento en el sector automotriz y sus agregados.
Así mismo, la llegada del nuevo participante chino BYD pretende ofrecer una alternativa más asequible de vehículos eléctricos (VE).
Se pronostica, que el mercado de VE crezca alrededor de 15%-20% de forma anual durante esta década.
Estimamos que impulso en la demanda continuará, lo que es sustentado por una fuerte confianza del consumidor y una baja tasa de desempleo.
Sin embargo, existen diversos riesgos como una recesión o una marcada desaceleración en Estados Unidos.
O bien, el agotamiento del consumidor ante una sensible disminución en la tasa de ahorro, y cambios estructurales como nuevas regulaciones sobre los autos de combustión, provocando que la infraestructura mexicana no estuviera adaptada para atender la demanda de vehículos eléctricos.
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*Álvaro se desempeña como analista fundamental de Grupo Financiero Intercam donde se encarga de la cobertura de sectores como el industrial, conglomerados, petróleo, gas natural y sector automotriz.
Es egresado de la carrera de Administración Financiera por parte del Tecnológico de Monterrey y actualmente se encuentra cursando la maestría en Finanzas en el EGADE Business School
Comprometido con la equidad de género, colabora activamente en MEF (Mujeres en Finanzas) asociación civil sin fines de lucro que busca reducir la brecha de género en el sistema financiero.?
Publicado originalmente por: https://revistafortuna.com.mx/2023/07/19/claroscuros-del-sector-automotriz/
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