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Silao, Gto.- A los 59 años, Martha ha logrado lo que nunca se imagino, es cinta verde en taekwondo y se convirtió en una pintora, su principal cuadro es La Vendedora de Flores, de Diego Rivera.

Hace unos años peleó contra el cáncer, duró un año en quimioterapia y  hoy usa este deporte para defender su cuerpo y la movilidad. La pintura le ayuda a recuperar sus habilidades. “Ahora sí mis dos hemisferios cerebrales trabajan”, dice con orgullo.

Ella es de la comunidad de Nápoles, tiene su negocio y se da su tiempo de recreación que lo dedica a practicar deporte, a aprender pintura y también dar clases en el Centro de Responsabilidad Social, de Puerto Interior.

“Mi mamá que era una mujer muy alegre, en un tiempo tuvo una depresión muy profunda. Nos vinieron a dar unas pláticas, desde el Puerto Interior. Tomamos un curso de autoestima juntas y lo acabamos, quise darme un tiempo para mí. Entonces comencé a darme cuente de lo que valgo aquí y en este momento”, recuerda cuando hizo su decisión para estudiar.

                        Cierra su negocio  de 3 a 5 de la tarde, que era el horario de los talleres de cocina y se inscribió,                                                 pero llegó la pandemia y todo paró.

“CUANDO VOLVIMOS A LO PRESENCIAL, A ESA HORA EL ÚNICO CURSO QUE HABÍA ERA DE TAEKWONDO. EL MAESTRO ME DIJO QUE LO PODÍAN TOMAR DE 1 A 99 AÑOS EDAD, ASÍ ES QUE A MIS CASI 58 AÑOS NO ME QUEDÓ DE OTRA MÁS QUE IRME A HACER DEPORTE”, DICE MARTHA

En su clase todos eran niños, más adelante se agregó otra mujer más joven, pero no avanzó de la cinta blanca.

“Me ha sido muy útil, porque increíblemente empecé a coordinar derecha e izquierda. Es una risa porque cuando te dicen gira a la derecha y me daba vuelta a la izquierda y así pasó un tiempo hasta que pase mi primer examen y llegué a la cinta blanca, luego me fui a la amarilla, amarrilla-rosada, verde y ahorita estoy en cinta verde avanzada”, cuenta con una sonrisa.

Su edad no la detuvo para practicar un deporte en el que nunca imaginó estar. “Taekwondo me ha quitado la rigidez de los músculos, me ha ayudado a la coordinación,  a la autoestima, a fortalecer el cuerpo y mi espíritu”, asegura Martha.

Ahí en el Centro de Responsabilidad Social se abrió el taller de pintura y también se metió en el tiempo que cierra su papelería.

“Me siento muy orgullosa de que estamos trabajando La Vendedora de Flores, de Diego Rivera, porque estamos celebrando los 200 años de Guanajuato”, dice y confiesa ser muy feliz con la inversión de su tiempo libre.

Reconoce que hay muchas mujeres que dicen que no pueden tomar tiempo para estudiar, para meterse a un taller o hacer deporte y los pretextos son la edad, los hijos, que el marido no las deja.

“Yo las invitó a que haga algo por ellas y cuando se los digo soy una fuente de acción no sólo de palabras. Soy coherente porque me ven que yo lo hago, quizás ese es mi legado, que las mujeres vean que pueden hacer las cosas, porque si estamos bien podremos ayudar a nuestras familias y a nuestros clientes”,  asegura Martha, la taekwondoina cinta verde de Nápoles.

Publicado originalmente por: https://elotroenfoque.mx/a-casi-60-anos-de-edad-se-convirtio-en-la-taekwondoina-de-napoles-y-una-pintora-de-silao/

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