Es actualmente una herramienta indispensable para el crecimiento de las empresas.
Jorge Ruiz Escamilla
La inteligencia artificial (IA) tiene un gran potencial para estimular la innovación, ayudar a las empresas a crear nuevo valor a partir de los datos, y reducir los costos comerciales. El creciente interés en los impactos económicos y sociales de la IA también ha impulsado el interés en las implicaciones comerciales de esta nueva tecnología.
Formas básicas de sistemas de IA existen desde los años 50. Sin embargo, el acelerado crecimiento del uso de la computación en los últimos 20 años mejoró exponencialmente las redes de comunicación y el aumento en el volumen de datos que se recopilan, lo que ha llevado a la IA a la vanguardia de las actividades comerciales y a la agenda de políticas públicas a nivel mundial.
En su proceso de evolución, la IA tiene el potencial de mejorar el comercio de varias formas. Uno es a través de aumento en la productividad de los adoptantes de esta tecnología, que se asocia con mayores beneficios del comercio a través de las exportaciones. Sin embargo, la evidencia empírica sobre los vínculos entre IA y la productividad apenas está surgiendo.
Otro canal que contribuye a mejorar el comercio se relaciona con el potencial de la IA para permitir una mayor eficiencia de la cadena de suministros. Esto incluye una fabricación inteligente, optimizada y automatizada; predicciones mejoradas sobre la demanda del consumidor; y una mejor toma de decisiones sobre la ubicación de la producción.
La IA también tiene el potencial de ayudar con otros objetivos políticos, como la reducción de los gases de efecto invernadero, mediante la optimización de las operaciones logísticas. La adopción de la IA permite a las empresas reducir los costos de producción y ser más ágiles para responder a los cambios que demanda el consumidor.
La pandemia situó a las empresas en un contexto inusitado, en el que tuvieron que tomar decisiones importantes y utilizar herramientas digitales para seguir operando. El crecimiento fue explosivo.
Hoy la IA más usada es ChatGPT, un chatbot que ha sorprendido al mundo tecnológico, gracias a que puede conversar con los usuarios, dar respuesta a multitud de sus preguntas e incluso redactar todo tipo de textos de forma creativa.
Esta tecnología ha sido un parteaguas en diversas industrias, acelerando el proceso de aprendizaje. Esta área tecnológica, con la mayor proyección económica a corto y mediano plazo, tiene un valor de mercado que podría rebasar los 300 mil millones de dólares (mdd) en 2025, según Statista.
Él dice
“La IA permite a las empresas reducir costos de producción y ser más ágiles para responder a los cambios que demanda el consumidor”
De febrero a junio pasados, el número de interacciones por medio chatbots aumentó a nivel nacional de 250 mil a 1.1 millones, es decir 340 por ciento en México. Actualmente se realizan millones de conversaciones al día en casi todas las industrias.
Sin embargo, muchos nos preguntamos ¿cómo sabe el chatbot qué respuesta dar? ¿Qué ocurre cuando ya no hay más respuestas para las preguntas que plantea el usuario? Cuando alguien pide hablar con una persona, ¿qué ocurre?, ¿cómo lo soluciona el chatbot?
Los chatbots son plataformas de IA entrenadas para intuir las preguntas y dar respuestas a clientes y usuarios a través de, por ejemplo, WhatsApp. Son motores que entienden el lenguaje hablado y el texto, y están dotados de una enorme flexibilidad. Su misión es interpretar la intención de la persona en cuestión de segundos.
Puede explicar productos, servicios, procedimientos y conceptos de manera que los clientes y usuarios aclaren sus dudas, con respuestas satisfactorias y definitivas.
Con la llegada del ChatGPT, las reglas del juego no cambiaron: se aceleraron. La nueva generación de chatbots es parte de la llamada IA generativa. Es decir, las respuestas de ese chat no surgen de consultar fuentes documentales sino de generar respuestas a partir de distintas fuentes de información, interpretando el sentido de lo que quiere saber el usuario.
Los canales de comunicación son primordiales, ya que permiten conectar múltiples agentes simultáneamente, automatizar mensajes con chatbots en cualquier canal, acceder a informes de desempeño, y obtener información clave para la toma de decisiones. Es fundamental poder ofrecer a los clientes herramientas que permitan mejorar sus rendimientos.
Gracias a este descubrimiento, está aumentando el interés en diversos sectores y muchas compañías aceleraron el ritmo para implementarlo. Hace un año no se esperaba de un chatbot la misma naturalidad en el uso del lenguaje. Esto hace que aumente la demanda por parte de los consumidores y se acepte su implementación.
Publicado originalmente por: https://www.milenio.com/especiales/inteligencia-artificial-estimula-la-innovacion-en-las-empresas
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