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La mecánica aeroespacial, el desarrollo de software y otras herramientas tecnológicas deben estar al alcance de todos los jóvenes de Antioquia, y debemos garantizar su acceso, permanencia y contribución al conocimiento de la región.

Por Julián Rendón Montoya – opinion@elcolombiano.com.co

En un mundo cada día más globalizado, el destino de las regiones se encuentra intrínsecamente ligado a su capacidad de competir en el ámbito tecnológico, científico y de la innovación (TIC), para abordar las cambiantes necesidades de la humanidad. Es un desafío que no podemos eludir si aspiramos a un futuro promisorio. En este contexto, Colombia, ha ido escalando puestos en el Índice Global de Innovación, ascendiendo del séptimo al quinto lugar de América Latina en producción científica.

Uno de los hitos más notables de este progreso es la transformación de Medellín en el Distrito Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación, un logro que merece reconocimiento. Sin embargo, estos logros son solo el comienzo de la historia que Antioquia está destinada a contar en el marco de la ciencia, la tecnología y la innovación.

Para consolidar su posición como líder en esta carrera, Antioquia debe enfrentar varios retos cruciales. Uno de ellos es la promoción activa de nuevos programas educativos en técnicas y tecnologías, tanto en instituciones públicas como privadas. Además, es imperativo incentivar a la comunidad empresarial antioqueña a invertir en tecnología, explorando ideas innovadoras como la inversión en tecnología a través de impuestos. El potencial de la región reside en el compromiso de escuchar a las futuras generaciones en su deseo y pasión por estas tres áreas de las TIC.

Debemos plantearnos: ¿cuántos niños pueden acceder a estudiar lo que realmente quieren?, ¿cuántos programas de educación técnica y tecnológica les estamos brindando a los jóvenes del futuro? La mecánica aeroespacial, el desarrollo de software y otras herramientas tecnológicas deben estar al alcance de todos los jóvenes de Antioquia, y debemos garantizar su acceso, permanencia y contribución al conocimiento de la región.

El crecimiento del PIB en el sector turístico de Antioquia, pasó del 4% en prepandemia al 4,8% en 2022. Un elemento fundamental ha sido el turismo empresarial a través del trabajo digital. En Medellín recibimos diariamente extranjeros con el propósito de trabajar para el mundo desde aquí; esto nos brinda la oportunidad de acceder a una cantidad significativa de información y conocimiento que no podemos desaprovechar y tenemos que potenciar.

La conectividad de las vías 4G con los puertos de Urabá, su ubicación estratégica, diseño de vanguardia y el aumento y fluidez del tráfico, harán de Antioquia una región mucho más competitiva frente al mundo; debemos ser conscientes de los enormes retos que tendremos y no podemos ser inferiores a las necesidades de la humanidad en el siglo XXI.

Este escenario nos coloca en una posición ideal para liderar el desarrollo tecnológico en múltiples sectores productivos como el transporte aéreo espacial, que hoy tiene como epicentro de mantenimiento aeronáutico del país, al departamento de Antioquia; hay demanda profesionales, técnicos y tecnólogos para su funcionamiento y tenemos la responsabilidad de brindárselos.

La modernización de los aeropuertos regionales, la culminación de proyectos viales, el incentivo al empresariado, el suministro de servicios públicos domiciliarios en la región, son ejemplos concretos de cómo la institucionalidad debe contribuir en los próximos años para que el crecimiento de la ciencia, la tecnología y la innovación en nuestra región, sea una realidad.

Este es el momento de mirar hacia adelante y abrazar el potencial ilimitado de la ciencia, la tecnología y la innovación en Antioquia.

Publicado originalmente por: https://www.elcolombiano.com/opinion/columnistas/ciencia-tecnologia-e-innovacion-una-realidad-que-debemos-asumir-BC23307006

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