La Habana (Prensa Latina) Cada día, con mayor intensidad, la biotecnología constituye centro de atención y debate de científicos, gobiernos y sociedades en general, debido a las infinitas alternativas que ofrece para la solución de diversos problemas enfrentados hoy por la humanidad.
En 1919, el ingeniero agrónomo húngaro Károly Ereki pensó que la biología podía utilizarse para convertir materias primas en productos útiles. Fusionó las palabras biología y tecnología y fue así como acuñó el término.
Años más tarde, el Convenio de Diversidad Biológica de Naciones Unidas de 1992 definió a la biotecnología como “toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos”.
De acuerdo con la Biotechnology Innovation Organization (BIO), “es la tecnología basada en la biología con la utilización de los procesos celulares y biomoleculares para desarrollar nuevas y mejores conjuntos de técnicas y que puedan ayudar a mejorar la salud humana, animal y vegetal y la del planeta Tierra”.
Así, la humanidad ha aplicado la biotecnología en su beneficio a lo largo de toda su historia, al replicar procesos de microorganismos durante más de seis milenios (elaboración de alimentos como pan, queso y vino)
Desde entonces hasta la actualidad, mediante la biotecnología se obtienen antibióticos o vacunas, al acompañar el desarrollo evolutivo de nuestra especie.
Los avances de mayor significación en el campo de los medicamentos se refieren a la insulina genética, la eritropoyetina, varios retrovirales para el tratamiento del sida y la producción de fármacos oncológicos.
No constituye en sí misma una ciencia, sino un concepto multidisciplinario que abarca varias materias, entre ellas, biología, bioquímica, microbiología, agronomía, ingeniería, química, medicina y veterinaria.
Y aunque al inicio su aplicación se asociaba fundamentalmente a la selección de plantas y animales para sus cruces y al enriquecimiento proteico de los alimentos a través de la fermentación, actualmente constituye una vía para dar respuesta a diversas inquietudes en campos como la salud, la industria y el medio ambiente.
El desarrollo de la ingeniería genética -una de las más novedosas técnicas- ha hecho posible, por ejemplo, la creación de vacunas seguras y eficientes, de medicamentos para el tratamiento de enfermedades cuya cura no existía o era ineficiente, y el diseño de plantas resistentes a plagas o capaces de crecer en condiciones ambientales desfavorables.
Usos y aplicaciones en la actualidad
Desde la elaboración de vacunas hasta procesos para recuperar ecosistemas dañados por la actividad humana, los usos y las aplicaciones de la biotecnología abarcan un amplio espectro de posibilidades.
Hoy, los campos de su aplicación son muchos y según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, en 2030 el 80 por ciento de los productos farmacéuticos, el 50 de los agrícolas y el 35 de los químicos industriales serán biotecnológicos.
Y si bien está presente desde tiempos arcaicos, los múltiples avances tecnológicos de los últimos 100 años aceleraron vertiginosamente su desarrollo, y expanden sus límites hasta rincones que, a principios del siglo XX, apenas podían encontrarse en algunos relatos de ciencia ficción.
A continuación invitamos a repasar brevemente cinco fascinantes aplicaciones de la biotecnología: la salud médica, la agricultura, los usos no alimentarios de los cultivos (industriales) y otros productos (plásticos biodegradables, aceite vegetal, biocombustibles), y usos ambientales.
Vacunas: Se trata de sustancias químicas que estimulan el sistema inmune para combatir los patógenos que atacan al organismo humano, al insertar en el torrente sanguíneo del cuerpo humano versiones inactivas, atenuadas o debilitadas de la enfermedad.
El resultado de la contienda es una recuperación más veloz, con síntomas más leves.
Antibióticos: Como sucede con los inmunógenos, la producción de antibióticos -sin los cuales no se podría concebir hoy la medicina- representa otro de los más importantes usos de la biotecnología.
Es que todo antibiótico, un producto biotecnológico en sí mismo, es capaz de inhibir el crecimiento bacteriano o directamente eliminar bacterias y determinadas clases de microorganismos sensibles, en lo que constituye uno de los mayores avances en la historia de las ciencias.
Cultivos resistentes a las plagas: La biotecnología también proporciona técnicas de gran eficacia para la creación de cultivos capaces de resistir a las plagas de forma natural, una innovadora e inteligente alternativa a los dañinos pesticidas.
Un ejemplo de esta aplicación es la transferencia de genes del hongo Bacillus thuringiensis a los cultivos. Este hongo produce una proteína (Bt) desde cuyas esporas y cristales es posible producir potentes biopesticidas, muy eficaces contra plagas como el taladro del maíz.
Biorremediación: Comúnmente referida como biotecnología ambiental, permite el tratamiento de desechos y la prevención de la contaminación de los ecosistemas, al eliminar agentes contaminantes a gran escala y de forma más eficiente que con los métodos convencionales.
Esta técnica puede emplearse para atacar contaminantes específicos de un medio y su aplicación más extendida la encontramos en las tareas de rescate en catástrofes ambientales como derrames de hidrocarburos en los océanos.
Producción industrial: Abarca desde la producción de estructuras celulares hasta la de elementos biológicos para diversos y numerosos usos de la industria. Incluye la utilización de células como microorganismos, o componentes de células como enzimas para generar productos de utilidad industrial.
Entre estos sobresalen materiales para la construcción, la producción de alimentos y bebidas fermentadas, detergentes y productos para el cuidado personal.
La biotecnología industrial es crucial en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y para concebir una economía cada vez más alejada de la dependencia petroquímica.
Comunión de ciencias y brechas tecnológicas
Por ser multidisciplinaria, formada por un conjunto de tecnologías y ciencias como biología, química, física, medicina, informática, electrónica y otras, la biotecnología permite una amplia colaboración y la inserción de grupos científicos de diversas procedencias.
Es por ello que debe concebirse como la modernización de la cadena productiva para el desarrollo de productos de alto valor añadido, que como todo sector atractivo para los negocios, es controlado por las grandes trasnacionales.
Negocio que requiere no solo de habilidad y estrategia, sino de grandes inversiones en investigación, y una permanente búsqueda de conocimientos con recursos humanos de elevada preparación científica.
Por tales razones, no es de extrañar entonces que las empresas transnacionales sean las que desarrollan y financian directa o indirectamente la mayor parte de la investigación y desarrollo de productos biotecnológicos, convirtiéndolos en patrimonio casi exclusivo de países ricos.
Sin embargo, constituye probablemente la única tecnología de punta en la que la región iberoamericana muestra un progreso significativo, aunque los avances científicos en investigación básica son muy disparejos dada la brecha tecnológica entre el mundo desarrollado y en desarrollo.
De ese modo, los principales polos en biotecnología están en Estados Unidos (pionero y líder mundial), China, Brasil, India, Países Bajos, Irán, Rusia y Turquía, que aparecen entre las 100 primeras posiciones.
Biotecnología en naciones en desarrollo y emergentes
Muchas naciones muestran avances significativos al apostar por buenos sistemas educativos y sanitarios, y redes que estrechan los vínculos entre investigación, sanidad, negocios y gestión política para lograr los estándares más altos de disfrute del derecho a la salud.
Tal es el caso de Cuba, donde a diferencia de otros países, la biotecnología es estatal, y en la cual ha invertido cuantiosos recursos desde los años 80 del siglo pasado. Ello explica logros como la primera vacuna recombinante contra la hepatitis B y la antimeningocócica.
China en 1989 fabricó interferón recombinante, su primer producto biotecnológico, al que siguieron proyectos de vacunas y moléculas sanguíneas, mientras desarrolla su agrobiotecnología de modo independiente a las multinacionales y asombra al mundo por los logros comerciales, sociales y ambientales.
India posee más de 200 empresas biotecnológicas, incluyendo instalaciones certificadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos. Es líder mundial en fabricación de genéricos y produce, entre otras, versiones de vacuna recombinante contra la hepatitis B y del anti-VIH Retrovir.
A través de una de sus empresas biotecnológicas, Brasil produce Biobras y suministra el 75 por ciento de la insulina recombinante que demanda el país, en tanto el Centro Amazónico de Biotecnología trabaja sobre potencialidades de la riqueza natural de la Amazonia para el desarrollo de nuevos productos (fármacos, cosméticos y bioinsecticidas).
De esta manera, la industria biotecnológica con su innovadora técnica de ingeniería genética consigue medicamentos mejorados, cultivos más productivos, incluso materiales más resistentes, y aun en pleno crecimiento está a pocos pasos de la madurez.
Publicado originalmente por: https://www.prensa-latina.cu/2024/01/09/escaner-tecnologia-e-innovacion-para-mejorar-la-vida-fotos-info
arb/crc
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