Incentivar el emprendimiento en México contribuirá al incremento de empresas innovadoras que pueden constituir un importante motor de nuestra economía.
Hace poco más de 35 años causó sensación entre los pasajeros que se encontraban en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México la presencia de CIKO, un robot que saludaba y “hablaba” con las personas, operado a control remoto unos pasos detrás para poder escuchar y responder con una típica voz electrónica. En 2018 se presentó en un evento en Guadalajara Sophia , un androide de inteligencia artificial capaz de gesticular y procesar información para responder con una voz más humana.
Aunque ni Ciko ni Sophia fueron desarrollados en México, en su momento se convirtieron en notica por lo novedoso y atractivo. Noticias como esas no son del todo conocidas, ni aunque se originen en México, a pesar de que surgen todos los días en nuestro país, porque se concentran en las secciones de ciencia de los periódicos, aun cuando su alcance puede ser de impacto a nivel industrial y económico.
Nuestro país cuenta con un sin número de jóvenes emprendedores que están capitalizando la Inteligencia Artificial (IA) para desarrollar máquinas y herramientas que trascienden el entretenimiento para convertirse en instrumentos para la productividad y la solución de problemas en diferentes campos.
Recientemente asesoré en temas de comunicación a un grupo de emprendedores cuyos proyectos son prácticamente una realidad de beneficio social e industrial, entre ellos, unos producen material para empaque, sustituto de unicel, a base de residuos agroindustriales, otros deseñaron un electrocardiógrafo portátil que envía los resultados al médico vía internet, desde cualquier lugar; uno más creó un deshidratador de alimentos por inducción electromagnética que ahorra energía y garantiza por más tiempo la conservación de las propiedades nutritivas y organolépticas del alimento.
Conforme al Reporte Global de Emprendimiento 2022-2023 (GEM) “Adaptándose a la Nueva Normalidad”, en México existen alrededor de 8.6 millones de personas emprendedoras, la mayoría de las cuales buscan apoyos para sus proyectos. El Índice Nacional del Contexto Emprendedor (NECI), elaborado con una probada tecnología desde hace 20 años, reveló que, durante la pandemia (2019), en índice en México disminuyó de 4.7 a 4.1 en 2020; mejoró a 4.2 en 2021 para volver a caer a 3.9 en 2022 para descender al puesto 41 de las 51 economías del mundo en la escala Likert (escala de medición utilizada en la investigación de mercados) sin parecer recuperarse en 2023.
Con las cada vez más sofisticadas formas de IA, hoy, estudiantes de nivel medio y superior y jóvenes emprendedores, buscan llevar a cabo proyectos innovadores no sólo para hacer negocio, sino para dar solución a diferentes problemas industriales, sociales, tecnológicos, etc. Es indudable que México tiene un gran potencial emprendedor, pero con los criterios de la actual administración, que desprecia la investigación y las aspiraciones de superación de las clases medias, se encuentran en la disyuntiva de sobrevivir o hacer crecer el emprendimiento, aunque hay muchas áreas de oportunidad.
Por ejemplo, una de las industrias con mayor demanda en estos años es la de las tecnologías de la información que año con año muestra un ritmo de crecimiento y seguramente permanecerá así durante algunos años. Otra área de oportunidad está en el sector salud en donde, si se considera que de acuerdo a recientes datos del Inegi las principales causas de muerte en México son enfermedades del corazón y diabetes, el desarrollo de herramientas de IA puede ser de gran valía en la prevención de esas y otras enfermedades; sólo se requiere del apoyo financiero de las autoridades sanitarias para abrir el espacio a las mentes innovadoras.
Pero indudablemente lograr el desarrollo de más negocios emprendedores demanda la promoción, por parte del gobierno, de un ecosistema emprendedor favorable a través de políticas y programas de fomento al emprendimiento, lo que implica dar real importancia a la ciencia y la tecnología y apoyar presupuestalmente el desarrollo de dichos programas. Para ello, como dice la Maestra en Política Pública Elvira Naranjo Priego, “es importante apuntalar también la educación para el emprendimiento a nivel escolar, al tiempo que como país concretamos nuestros aspectos destacados como lo son la infraestructura y la educación para el emprendimiento en el nivel medio superior, ambos factores que nos conectan con otras latitudes y generan el intercambio de ideas que propicia la innovación”.
Incentivar el emprendimiento en México contribuirá al incremento de empresas innovadoras que pueden constituir un importante motor de nuestra economía. El futuro de nuestro país está en que el gobierno desarrolle inteligentes políticas públicas en materia de emprendimiento que faciliten los negocios y la creación y formalización de nuevas empresas.
Ojalá que el próximo gobierno, ya sea en manos de una doctora en ingeniería en energía o de una emprendedora ingeniera en computación, tome en serio, entre muchos otros temas pendientes, el del apoyo a los mexicanos emprendedores. El talento debe apoyarse para bien del país.
Nota del editor: Mario Maraboto Moreno es Licenciado en Periodismo por la UNAM. Investigador Asociado en la Universidad de Carolina del Norte. Autor del libro “Periodismo y Negocios. Cómo vincular empresas con periodistas”. Consultor en Comunicación, Relaciones Públicas y situaciones especiales/crisis desde 1991. Escríbele a su correo mmarabotom@gmail.com y síguelo en Twitter . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
Publicado originalmente por: https://expansion.mx/opinion/2024/01/26/el-futuro-del-emprendimiento-en-mexico
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