Select Page

México está intentando un acto de equilibrio económico entre Estados Unidos y China, pero sin éxito.

Debido a los intentos de Estados Unidos de imponer sanciones contra China y reubicar la producción a países vecinos o nearshore , México ha superado a China como el principal socio comercial de Washington. México es ahora también el segundo mercado de exportación más grande de los Estados Unidos. Estados Unidos es la mayor fuente de inversión extranjera directa (IED) en México, representando aproximadamente el 40 por ciento de un total de 36 mil millones de dólares en 2022, y está aumentando sus inversiones.

A modo de ejemplo, en febrero, la filial de servicios informáticos de Amazon, Amazon Web Services, anunció que invertirá 5.000 millones de dólares en un clúster de infraestructuras en el estado de Querétaro, en el centro de México. La inversión es mayor que los 4.500 millones de dólares que Tesla se comprometió con anterioridad a invertir en su fábrica cerca de Monterrey, en el estado de Nuevo León en el noreste de México, el estado que tiene la mayor producción bruta total.

Pero incluso a medida que las economías mexicana y estadounidense se integran aún más, China ha reaccionado a la caída de más del 25 por ciento de las importaciones estadounidenses desde China en 2023 concentrándose en México. China se ha convertido en el inversor extranjero con el crecimiento más rápido en México, más que cuadruplicando su inversión en los últimos cuatro años. En Nuevo León, las empresas chinas son ahora responsables de más de un tercio de la inversión extranjera.

En otro ejemplo, 12 empresas de propiedad china operan actualmente en un pequeño estado del centro de México, Aguascalientes, proporcionando más de 4.000 puestos de trabajo en los sectores automotriz, textil, de servicios y de energía limpia.

El proveedor chino de primer nivel (Tier 1) Xinquan Automotive, que fabrica interiores de automóviles para marcas de lujo, anunció recientemente una inversión de 100 millones de dólares en su planta de Aguascalientes. Xinquan inauguró su instalación en Aguascalientes en 2021 con una inversión inicial de 40 millones de dólares y una capacidad para producir 600.000 piezas para automóviles de lujo anualmente. Esta es la segunda vez que la compañía decide aumentar la inversión, después de una expansión anterior de 30 millones de dólares hace un año.

En la actualidad, México importa alrededor de nueve veces más de lo que exporta a China. Después de Rusia, México es el segundo mayor receptor de automóviles chinos, que son cada vez más populares en México.

La industria automotriz mexicana produjo más de 922.000 autos de enero a marzo, de los que el 90 por ciento se exporta; solo el 10 por ciento restante se vende en el país. Como eso no es suficiente para abastecer el mercado interno, el 60 por ciento de los autos son importados.

Pero justo cuando las inversiones de las dos economías más grandes del mundo se dispararon, México decidió en agosto aumentar los aranceles entre 5 y 25 por ciento a un total de 392 productos de países con los que no comparte un tratado de libre comercio, incluida China. Esto afectará alrededor del 90 por ciento de las exportaciones chinas a México y permanecerá vigente hasta julio de 2025.

Esto es claramente una respuesta a la persistente e intensa presión estadounidense.

La intención de las empresas chinas de abrir plantas de ensamble de vehículos en México ha alarmado particularmente a los legisladores de Estados Unidos, que ven las inversiones de China como un intento de aprovechar el permisivo pacto comercial de México con Estados Unidos y Canadá y así evitar el impacto de los aranceles estadounidenses sobre China.

Se nos dice que China intentará entrar en el mercado estadounidense eludiendo las sanciones comerciales de Washington colocando una etiqueta de “hecho en México” en piezas y productos ensamblados en México.

Hay advertencias generalizadas de que los vehículos chinos fabricados en México, que calificarían para créditos gubernamentales a los consumidores, “inundarán” el mercado estadounidense.

Es probable que los vehículos eléctricos de China de alta calidad, como los producidos por el gigante de los vehículos eléctricos BYD, que se venden al por menor a un precio considerablemente más bajo que los vehículos estadounidenses, lleguen a ser populares.

Ha sido particularmente histérica la actual afirmación de que el Partido Comunista Chino recopilará datos sobre ciudadanos estadounidenses a través de dispositivos de rastreo en “vehículos inteligentes”.

El Gobierno de Biden ha dicho que investigará estos autos, citando posibles riesgos para la seguridad nacional. De hecho, el Departamento de Comercio está emitiendo una propuesta de reglamentación que iniciará una investigación sobre los “riesgos para la seguridad nacional” que plantean dichos vehículos procedentes de China y otros países considerados hostiles.

El imperialismo estadounidense, en connivencia con su socio menor canadiense, busca crear una fortaleza norteamericana contra China, e incluso Europa, en su camino hacia la guerra. Obligar a México a alinearse con esta agresión es visto como clave para su éxito.

Con el fin de mantener su estrecha relación con Estados Unidos, que sigue siendo su “socio” más cercano en materia de seguridad, préstamos de reservas internacionales e IED, México capitulará, como lo ha hecho al doblegarse ante las demandas de Estados Unidos de que tome medidas de mano dura contra los inmigrantes.

En una cumbre de América del Norte en 2021, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) llamó a “detener a China”, dejando en claro su alineamiento con la campaña bélica liderada por Estados Unidos contra Beijing.

Su Gobierno cancelará las concesiones de litio del gigante chino del litio Ganfeng, lo que está obligando a la compañía china a posponer indefinidamente su plan de comenzar a extraer el metal para baterías en México.

El acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá, que fue firmado por López Obrador, Donald Trump y Justin Trudeau, no solo aumentó el mínimo de componentes de los vehículos que deben producirse dentro de la región, sino que prohíbe la firma de acuerdos comerciales con economías “que no sean de mercado”, una clasificación dirigida contra China.

A pesar de las ocasionales fanfarronadas nacionalistas del populista AMLO, el Gobierno mexicano se alineará, al servicio de sus propios multimillonarios y, en última instancia, de la oligarquía gobernante estadounidense.

La clase obrera estadounidense y mexicana no tiene ningún interés en los planes de sus respectivas clases dominantes. En última instancia, su interés fundamental radica en unirse, junto con la clase obrera internacional, para derrocar al capitalismo y poner fin a su loco impulso hacia la destrucción.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 4 de abril de 2024)

Publicado originalmente por: https://www.wsws.org/es/articles/2024/04/06/31d5-a06.html

Share This