AMIA: armadoras mexicanas deben transitar hacia la electromovilidad

Por ser uno de los pilares de la economía nacional, y a la luz de la coyuntura internacional, en la que el país atraviesa por un cambio de gobierno, la industria automotriz es el factor definitorio para el desarrollo y las inversiones de largo plazo, planteó Odracir Barquera, director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).

Para el directivo, el fenómeno de la relocalización de empresas, conocido como nearshoring, es coyuntural, motivo por el cual esta industria se debe preparar para hacer una transición efectiva a la electromovilidad, concepto entendido como la transformación de la planta productiva consolidada de vehículos de combustión interna a una de autos hechos con nuevas tecnologías.

En entrevista con La Jornada, Barquera sostuvo que esta nueva revolución de la industria automotriz actualmente presenta retos importantes, entre los que destacan los de índole energética, los de facilitación comercial y creación de infraestructura, así como los de formación de los trabajadores.

“A la luz de la coyuntura internacional y donde estamos en México, en un cambio de gobierno, resulta de suma importancia comprender que la industria automotriz es el factor definitorio para el desarrollo y la inversión de largo plazo. Se habla mucho de la relocalización de cadenas por el nearshoring. Es importante, pero coyuntural.

Lo realmente importante a largo plazo es que México se prepare y haga una transición efectiva a la electromovilidad; eso implica inversiones en producción de vehículos de nuevas tecnologías, la construcción de una nueva etapa de la cadena de valor en México para componentes de nuevas tecnologías, y con ello 30 o 50 años de derrama que hemos conocido desde que se firmó el TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte), destacó Barquera.

El directivo de la AMIA explicó que la industria automotriz hoy en día se encuentra muy bien y se mantiene como el pilar de la economía mexicana.

Para sustentar esta declaración, detalla que en 2023 la balanza comercial del sector se situó en 108 mil millones de dólares, mientras remesas y turismo juntos sumaron 84 mil millones de dólares; es decir, hay una diferencia de 23 mil millones de dólares; al mismo tiempo, de forma directa e indirecta genera más de 20 millones de empleos en México.

Esa es la relevancia del sector automotriz en el desarrollo de México. En la coyuntura internacional, estamos en una de las mejores oportunidades históricas y la tenemos que aprovechar, apuntó.

En cuanto al concepto de electromovilidad en México, comentó que sólo se habla sobre si venderemos más vehículos de nuevas tecnologías, pero ese no es el debate. Somos un país productor y exportador de vehículos y autopartes. La discusión de la electromovilidad en nuestro país es cómo transformamos esa plataforma productiva tan consolidada en vehículos de combustión interna a una plataforma productiva de nuevas tecnologías.

Tras considerar que la electromovilidad y el sector automotriz prevalecerán como sustento económico del país, el director de la AMIA expresó que se requiere una visión de cómo fomentar inversiones en plantas que produzcan vehículos de nuevas tecnologías, sean nuevas o reconversiones. La industria viene reconvirtiendo porque estamos avanzados en la reconversión a vehículos eléctricos, pero se necesita eso, inversión en producción de vehículos de nuevas tecnologías.

Revisión del T-MEC

Respecto a la próxima revisión que se hará al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), mencionó que “evidentemente el sector automotriz es el de mayor reto. Hoy en día bajo el T-MEC el sector enfrenta las restricciones más altas a nivel mundial; tenemos reglas de origen altísimas y muchos requisitos en materia de contenido laboral y de compras de acero y aluminio.

Lo que queremos al menos es que las condiciones actuales se mantengan. Hay que cuidar en la revisión que no haya un intento, específicamente de Estados Unidos, de hacer más restrictivas las reglas del tratado. Somos el sector individual más grande del T-MEC y el que más ha logrado la integración regional. También le hemos dado capacidad competitiva a México, Estados y Canadá.