Select Page

Con la imposición de aranceles por parte de EU, queda claro el papel de México ante la guerra comercial estadounidense con China, señala Víctor Piz.

Justo en la semana en que la Secretaría de Economía actualizó su seguimiento mensual sobre los anuncios de inversión extranjera, México no sólo se consolidó como un destino confiable para el nearshoring, sino que optó por ser un socio comercial condescendiente de Estados Unidos.

Así lo dejan ver las medidas de EU, tomadas conjuntamente con el gobierno mexicano, para combatir las importaciones desleales y el comercio ‘injusto’ de acero y aluminio, principalmente provenientes de China.

El anuncio de la Casa Blanca del miércoles, de que aplicará aranceles de 25 por ciento al acero procedente de México que no haya sido fundido y vertido en nuestro país, en Estados Unidos o en Canadá –los tres socios del T-MEC– y de 10 por ciento al aluminio fundido en China, Rusia, Irán o Bielorrusia que llegue a EU a través de México, marca una nueva etapa.

La marca porque deja claro el papel de México como aliado de EU en su guerra comercial contra China, que tiene como telón de fondo la contienda presidencial.

Según funcionarios de alto nivel de la administración Biden, alrededor de 13 por ciento del acero que anualmente llega a EU desde México, equivalente a 500 mil toneladas, no cumple con el requisito de fundido y vertido en alguno de los tres países del T-MEC.

En su conferencia matutina del jueves, el presidente López Obrador admitió que México acordó con el gobierno de EU esta escalada comercial, poniendo dos condiciones:

“Una, que no se hablara de países, que no llevara dedicatoria la resolución, y se aceptó. Y lo segundo es que, en el caso de México, por una situación muy especial, se requiere de acero, de aluminio de Brasil, y tenemos muy buena relación con Brasil y se acordó que Brasil va a tener un trato especial en el caso de la importación de acero, de acero procedente de Brasil a México que pueda tener componente y de aluminio que pueda tener componentes que se originen en Brasil, eso fue lo que se logró”, dijo AMLO.

Luego de que la administración Biden tomó estas medidas con México, el sector industrial mexicano externó su preocupación.

La Confederación de Cámaras Industriales consideró que las nuevas acciones sobre acero y aluminio anunciadas a media semana tienen un impacto directo en algunos sectores productivos del país, cuyos productos terminados incorporan estos materiales.

Por su parte, la Cámara de la Industria de Transformación de Nuevo León advirtió que numerosos productos mexicanos con componentes semielaborados de acero están actualmente detenidos en la frontera ante la imposición de aranceles.

La secretaria de Economía, Raquel Buenrostroconfirmó que las acciones de EU sobre sus importaciones de acero y aluminio desde México fueron resultado de un acuerdo bilateral, por lo que no deberían provocar “medidas espejo” por parte del gobierno mexicano.

Dijo también que la decisión no fue unilateral del gobierno, sino producto de un diálogo extenso con el sector privado mexicano.

De acuerdo con expertos consultados por este reportero, las medidas arancelarias tendrán implicaciones en la revisión del T-MEC en 2026, como generar un sistema para determinar el contenido de los productos de acero ‘parecido’ al de los automóviles y nuevas reglas para el marcado de origen.

Esto demostraría lo que sostienen la Casa Blanca y la industria acerera estadounidense de que México ‘triangula’ alrededor de 13 por ciento del acero que exporta al vecino del norte.

En su guerra comercial contra China, que desde hace meses se trasladó al terreno político-electoral, EU ya tiene de aliado a México.

Publicado originalmente por: https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/victor-piz/2024/07/12/el-aliado-de-eu-en-su-guerra-contra-china/

Share This