Pese a que Estados Unidos impuso aranceles a las exportaciones de acero y aluminio provenientes de China, Rusia e Irán, entre otros países, la industria de la fundición de acero, hierro y aleaciones de aluminio, zinc y cobre en México alcanzó su meta de inversión de mil 800 millones de dólares prevista para 2026, lo cual le permite atender la alta demanda de las industrias automotriz, aeroespacial y de electromovilidad que fueron trasladadas de Asia, Europa y Estados Unidos a México.
Decenas de empresas invierten en el país, además de que se han instalado empresas del extranjero con nuevo capital por arriba de mil 800 millones de dólares, reveló Bruno Jaramillo, director ejecutivo de la Sociedad Mexicana de Fundidores (SMF).
En conferencia de prensa con motivo de la presentación de la Cumbre Mundial de la Fundición en México, que se llevará a cabo del 16 al 18 de octubre, anunció que la industria de la fundición metalúrgica en México crecerá entre 2.8 y 3 por ciento anual, de acuerdo con estimaciones de la SMF.
Bruno Jaramillo descartó que la agenda legislativa de la próxima administración de Estados Unidos vaya a afectar al sector, pues la industria de ese país necesita a México para crecer.
Aun cuando el republicano Donald Trump llegara nuevamente a la Casa Blanca y aumentara aranceles a fin de combatir el avance de China, no sería un peligro para México “porque no pueden solos, no tienen el capital humano para satisfacer sus necesidades.
A pesar del panorama internacional y nacional, las inversiones se van a sostener en la industria, aun cuando hay retos como la inseguridad, la falta de facilidades para la inversión, las dudas sobre la seguridad jurídica, aranceles, o la insuficiencia de infraestructura.
México tiene grandes oportunidades para los siguientes años por la relocalización de las cadenas de valor y el crecimiento de las industrias automovilística y de electrodomésticos, entre otras.
El valor de la producción nacional de metales se calcula en 50 mil millones de dólares sólo en el sector automovilístico, muy competido con fundidoras de China, Turquía e India, cuyos precios son hasta 30 por ciento más bajos que los mexicanos, pero sus tiempos de entrega van de seis a ocho meses, mientras los nacionales son de sólo seis semanas.
Publicado originalmente por: https://www.jornada.com.mx/2024/08/13/economia/021n1eco
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