Ford es el segundo líder de la industria automotriz que minimiza el riesgo de que otros fabricantes de automóviles salgan perdiendo después de que Musk emergiera como el mayor benefactor de Trump.
Bill Ford, presidente de Ford Motor (que apostó sin éxito por los autos eléctricos), dijo que la relación de Elon Musk con Donald Trump no dañará a los fabricantes de automóviles tradicionales y que el presidente electo tiene un mejor conocimiento del sector automotriz que durante su primer mandato.
“Esta vez entiende la importancia de nuestra industria”, dijo Ford en una entrevista el jueves en Detroit. El bisnieto del fundador de la compañía, Henry Ford, dijo que Trump lo llamó la semana pasada para hablar sobre el sector automovilístico, los aranceles y la importancia de una base manufacturera saludable en Estados Unidos.
“Estamos de acuerdo en muchos temas”, dijo Ford sobre Musk.
Ford es el segundo líder de la industria automotriz que en cuestión de días minimiza el riesgo de que otros fabricantes de automóviles salgan perdiendo después de que el CEO de Tesla emergiera como el mayor benefactor de Trump durante la campaña presidencial estadounidense.
El CEO de Hyundai Motor, José Muñoz, ofreció una opinión similar a principios de esta semana, al decirle a Bloomberg Television que no estaba preocupado.
¿Tesla será prioridad para Trump?
Los inversores parecen apostar a lo contrario, ya que creen que Tesla será uno de los principales beneficiarios del regreso de Trump a la Casa Blanca.
El fabricante de automóviles ha sumado más de 460 mil millones de dólares de capitalización de mercado desde el día de las elecciones, lo que equivale aproximadamente a las valoraciones combinadas de Toyota, BYD y General Motors.
El primer mandato de Trump sacudió la industria automotriz estadounidense. Su administración impuso nuevos aranceles y amenazó con imponer otros, renovó acuerdos de libre comercio y reescribió regulaciones clave que afectaban a las compañías automotrices.
Ford fue blanco frecuente de la ira de Trump. Antes de ganar las elecciones de 2016, el magnate atacó a la compañía por sus planes de producir vehículos en México.
Ford también estuvo entre los fabricantes de automóviles que fueron blanco de una investigación del Departamento de Justicia, que finalmente fue desechada, sobre un pacto sobre estándares de eficiencia de combustible que las empresas alcanzaron con los reguladores de California.
Ford reconoció que su relación con Trump “tuvo sus altibajos” durante su primer mandato. Cree que Trump está muy interesado en conectarse con los trabajadores del sector automotor, pero no necesariamente con sus líderes sindicales. Agregó que cree que Trump será útil para Ford, porque el presidente entrante quiere ver crecer la industria automotriz estadounidense.
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