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Fue tranquilizante lo dicho sobre México por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en su mensaje a los participantes en el Foro Económico Mundial de Davos. “Estamos lidiando con México, creo, muy bien”, dijo, lo que implica señales de negociación y de posibles acuerdos.

El breve señalamiento fue positivo si lo comparamos con el tratamiento a Canadá, con quien “ha sido muy difícil de tratar a lo largo de los años”. Sin más, afirmó que “no los necesitamos para fabricar nuestros coches, y ellos fabrican muchos de ellos. No necesitamos su madera porque tenemos nuestros propios bosques, etcétera, etcétera. No necesitamos su petróleo y gas. Tenemos el nuestro, tenemos más que nadie”.

México tendrá que analizar los efectos negativos de otro frente abierto por Trump, el de la competencia por el nearshoring, aunque sin mencionarlo. El gran entusiasmo en México por la relocalización de empresas se puede ver frenado por la aplicación de aranceles por parte de EU, pero también por la invitación presidencial a “todas las empresas del mundo” de que “vengan a fabricar su producto en EU”.

Trump les ofreció que pagarán un impuesto de 15 por ciento,“por mucho el más bajo de todo el mundo de un país grande, rico y poderoso, ni siquiera hay una competencia”; aprobaciones “muy rápidas” a las solicitudes de creación de plantas y deducciones fiscales anuales. Y advirtió: “Si no fabrican su producto en EU, que es su prerrogativa, sencillamente tendrán que pagar un arancel —cantidades diferentes, pero un arancel— que dirigirá cientos de miles de millones de dólares a nuestro Tesoro para fortalecer nuestra economía y pagar la deuda”.

México no se puede quedar con las manos cruzadas. Tiene que resolver de inmediato todo lo relacionado con la falta de certeza jurídica, y ahora cobra más importancia concluir los diferendos legales que se tienen respecto a la inversión energética en el país, y no perder las ventajas que ofrece México para los inversionistas en otros campos.

Ayer Donald Trump firmó una serie de acciones para liberar el potencial energético (petróleo, gas y electricidad) a favor de la población y el sector productivo, entre ellos el de la inteligencia artificial (IA) para ganarle a China en esa carrera. Las empresas de ese sector consumen grandes cantidades de electricidad.

La secretaria de Medio Ambiente de México, Alicia Bárcena, subrayó en el encuentro en Davos el objetivo del nuevo gobierno de acelerar la transición energética en México, y Justin Bird, CEO de Sempra Infraestructura, apuntó que tras dos décadas de relativa estabilidad, las tendencias pronostican un crecimiento cercano a 2 por ciento anual en la demanda de electricidad, y que la única manera de atenderla será con un enfoque integral, más energía renovable, pero también más generación con gas natural.

Publicado originalmente por: https://www.milenio.com/opinion/jesus-rangel/estira-afloja/se-abre-otro-frente-a-mexico

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