Después de que el jefe de Tesla, Elon Musk, cancelara los planes de construir una fábrica en México, el Gobierno mexicano se centra en el desarrollo y la producción propia de coches eléctricos en el país.
México quiere desarrollar sus propios coches eléctricos pequeños, bajo el nombre provisional de “Olinia”, y lanzarlos al mercado a partir de 2030. El primer prototipo se presentará en 2026, con motivo de la Copa Mundial de Fútbol en México. Se desarrollarán tres modelos de vehículos diferentes: un pequeño monoplaza, un modelo ligeramente más grande para varias personas y una pequeña furgoneta.
Se espera que los vehículos cuesten entre 90.000 y 150.000 pesos (entre 4.230 y 7.200 euros, aproximadamente). “Este pequeño coche eléctrico debe ser seguro, poder enchufarse a cualquier toma de corriente y estar compuesto principalmente por componentes mexicanos”, dijo la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum. Los vehículos se desarrollarán y fabricarán íntegramente en México. ¿Puede lograrlo México?
“Si confío en algún país, es en México, porque tienen años de experiencia en la industria automotriz”, dice Paul Rössling, ingeniero ambiental de DB Eco, empresa consultora alemana para temas de movilidad e infraestructura.
“Empresas como VW y BMW tienen plantas en México desde hace bastante tiempo, pero los chinos y los japoneses también están a punto de empezar a producir coches allí. Ya han acumulado una cantidad relativamente grande de conocimientos técnicos en los últimos años, y también hay universidades técnicas en Monterrey y Ciudad de México. Además, tengo colegas de México que son totalmente profesionales”, afirma Rössling.
Microcoches eléctricos
Aparentemente, no será comparable a un coche convencional, pero se supone que será un vehículo más seguro en comparación con motocicletas. “No se puede hablar de seguridad de un coche así, ni siquiera tienen airbags, pero la tecnología es suficiente para clasificarlo como vehículo eléctrico. Y un coche así es en realidad relativamente ligero, porque no necesita todos los componentes mecánicos que conocemos de los coches alemanes. Un motor de combustión tiene una estructura muy compleja, mientras que un vehículo eléctrico solo necesita el motor eléctrico para proporcionar propulsión”, explica Paul Rössling.
También es factible que se disponga de la infraestructura para la movilidad eléctrica y los coches eléctricos en México: “Ciudad de México tiene más estaciones de carga que Múnich, pero, por supuesto, es 20 veces más grande”, afirma Andreas Müller, director general adjunto de la Cámara Mexicana de Comercio Exterior.
“El principal problema en México es la batería. Hasta ahora, aquí no se han fabricado baterías. Ensambladas, sí. Se juntan piezas que en su mayoría provienen de Asia. Pero, en teoría, es bastante posible, México es el cuarto fabricante de automóviles más importante del mundo. La experiencia está ahí, las universidades están investigando sobre ello”, agrega Müller.
La presidenta de México ha creado un nuevo ministerio de investigación y desarrollo, donde también se ubica el proyecto Olinia. El presupuesto es bajo, el equivalente a un millón de euros. “Esto tampoco es el mundo, pero paga durante un año a los científicos, que ahora están trabajando en el plan de negocio y en dónde conseguir las materias primas. Y esto vuelve a ser emocionante para México. Aquí se pueden encontrar todas las materias primas necesarias para construir una batería”, subraya Andreas Müller.
Suficiente experiencia
En México, hay cuatro empresas automovilísticas alemanas que fabrican automóviles (Volkswagen, BMW, Audi y Mercedes) y también una serie de proveedores como Continental y ZF Friedrichshafen (cada uno con 22 plantas) o Bosch (con 12).
“Ahora, será tarea de los ingenieros crear el diseño el año que viene, determinar los materiales y mantenerlo lo más rentable posible”, dice Andreas Müller. “El trasfondo también es didáctico, como subraya repetidamente Claudia Sheinbaum. Es profesora y quiere que los jóvenes aprendan de este proyecto. Si al final realmente funcionará, no lo sabemos. Puede que no sea tan grave si no funciona”.
Markus Emmert es consultor y miembro de la junta directiva de la Asociación Federal Alemana para la Movilidad Eléctrica (BEM). Está entusiasmado con la idea de que México quiera producir pronto coches eléctricos en su propio país y con sus propios recursos: “Creo que es genial, sobre todo el tipo de vehículo, porque es un vehículo llamado microeléctrico, que por supuesto tiene mucho sentido en las zonas urbanas debido a su tamaño, eficiencia energética y, por supuesto, en términos de precio”.
Estos tipos de vehículos también están disponibles en Europa. Se clasifican como vehículos ligeros, que son más grandes que las bicicletas y más pequeños que los coches. Vienen en diferentes versiones, con dos, tres o cuatro ruedas. “En Europa, estos entran en la categoría L7e. Así que no nos son desconocidos e incluso son más adecuados para este tipo de países. Son funcionales y sensatos, y no tienen, por supuesto, los los requisitos energéticos de un coche o un todoterreno, por lo que se pueden cargar en un enchufe normal. Y en un tiempo razonable también”, dice Markus Emmert.
Por desgracia, el problema en México es que, a pesar de toda la buena voluntad, los coches no son ecológicamente sostenibles. A primera vista, evitan la niebla tóxica y los gases de escape en el centro de la ciudad, pero la generación de energía en la zona es cuestionable desde el punto de vista medioambiental: “Estos son los restos de la empresa petrolera estatal Pemex. Aquí se quema petróleo pesado, que es mucho peor que cualquier otra cosa. Este es, por supuesto, el mayor desafío, pero México tiene un enorme potencial para las energías renovables. Tienen sol, viento, de todo. Pasará algún tiempo antes de que el coche funcione y tenemos grandes esperanzas de que para entonces se hayan desarrollado conceptos que garanticen el uso de energías renovables”.
Publicado originalmente por: https://www.dw.com/es/olinia-la-respuesta-de-m%C3%A9xico-a-la-retirada-de-tesla/a-71427083
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