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Soluciones de Ingeniería y Manufactura Salas (SIMSA) comenzó como un taller metalmecánico artesanal y hoy opera con maquinaria CNC, 60 empleados y presencia en sectores como el automotriz, médico y alimenticio.

León, Gto.- Nació con dos máquinas en el patio de una casa en León, hace más de 40 años. Hoy, Soluciones de Ingeniería y Manufactura Salas (SIMSA) es una empresa de metalmecánica con maquinaria de última generación60 empleados, presencia en sectores como el automotrizmédicoagroindustrial e impresión, y una visión clara de futuro.

Su historia no es solo la de una empresa familiar, sino la de una pyme que entendió cuándo evolucionar y cómo diversificar sin perder el rumbo.

Fundada hace 43 años, la firma ha recorrido un largo camino desde sus inicios como taller artesanal hasta convertirse en un proveedor de manufactura de alta precisión.

Su rubro principal es el maquinado industrial, tanto convencional como CNC (control numérico computarizado), en procesos conocidos como “arranque de viruta”, mediante los cuales moldean acero con exactitud milimétrica.

Lo que comenzó como un oficio empírico, con jornadas maratónicas y una cultura de trabajo “de la vieja escuela”, se convirtió en una empresa con sistemas de calidadprocesos estandarizados y visión empresarial.

Cuando llegamos nosotros, la segunda generación, había un solo CNC. Hoy tenemos nueve”, destacó Antonio, reflejando el salto tecnológico.

En sus primeros años, el 100% de la operación estaba dirigida al sector calzado, como muchas empresas leonesas. Sin embargo, la diversificación llegó de forma orgánica, casi sin planearse.

Fue empírico. Llegaban nuevos clientes por recomendación: ‘Ve con los Salas, ellos te ayudan’”, contó Antonio. “Así comenzamos a trabajar para el sector alimenticio, luego para el automotriz y más tarde para el médico quirúrgico.”

Actualmente, SIMSA tiene cerca de 250 clientes, aunque son 20 los más frecuentes y seis los que representan su base más sólida, por volumen y frecuencia. Entre sus principales clientes destacan nombres como MichelinPirelliTsubakimotoNippon SteelHal AluminiumServiacero, entre otros.

Por lo que actualmente el sector automotriz representa el 60% de su operación, mientras que el calzado apenas un 3%.

Pyme leonesa que creció hasta ser proveedor de Pirelli y Michelin

Adaptación, calidad y cambio cultural

La entrada a industrias como la automotriz o la médica no fue sencilla, no por falta de capacidades, sino por las exigencias de calidaddocumentación y precisión.

Antes te traían una pieza rota y te pedían hacerla igual. Ahora te mandan planos con especificaciones cerradas, materiales y tolerancias. De 100 trabajos que llegaban así, al principio podíamos cumplir 10”, explicó Salas.

El aprendizaje fue constante y la adaptación, progresiva. Hoy, SIMSA opera con procesos estandarizadosbitácoras de producciónórdenes internastrazabilidad y un sistema de trabajo que permite eficiencia sin depender de la presencia constante de los socios.

“Hace 12 años yo estaba en producción y tuvimos que meter orden. Antes era de palabra, todo empírico. Hoy se levanta una orden, se define quién la hace, qué materiales se usan, todo está documentado. Nos costó una década lograrlo”, afirmó.

Un parteaguas clave fue su participación en la aceleradora Endeavor, que les brindó mentoríasvisión financiera y estructura.

Nos enseñaron que no puedes pagar a 30 días si a ti te pagan a 90. Nos cambió la cabeza”, admitió.

La empresa también ha aprovechado redes como CANACINTRA y APIMEX, y su vínculo con universidades ha sido relevante en su crecimiento.

Mi papá y mi tío dieron clases durante 30 años. Hoy, mi primo y yo también lo hacemos. Si enseñas bien, si los tratas con respeto, se acordarán de ti cuando estén en las empresas.

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Mary Elenne Castro

Esa red docente ha generado oportunidades inesperadas: uno de sus primeros grandes contratos automotrices fue con Michelin, y llegó gracias a una exalumna que recomendó su trabajo. Y por primera vez en 43 años, los socios de SIMSA se sentaron a planear a futuro.

En octubre pasado tuvimos juntas para ver cómo nos veíamos en cinco, diez años. Fue la primera vez que lo hicimos formalmente”, contó Antonio.

Los desafíos son evidentes: la inestabilidad económica, los aranceles internacionales, la volatilidad política. Pero también tienen claro que la clave es ocuparse, no preocuparse.

Si hay que cambiar proveedores, ajustar precios, hablar con los clientes, lo hacemos. La chamba tiene que salir”, sentenció.

Uno de los valores más sólidos de la empresa ha sido su gente. Tienen colaboradores con más de 20 años de antigüedad, y una rotación muy baja.

Aquí no pedimos que se queden hasta las 10 de la noche gratis. Si hay horas extra, se pagan. Es una cultura de trabajo justa, pero exigente. Y eso la gente lo valora.

La historia de SIMSA es un ejemplo del tipo de empresa leonesa que busca evolucionar y diversificarse. Desde un patio con dos máquinas, hasta convertirse en proveedor de industrias de alta exigencia técnica.

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