Aunque el nombre Dongfeng Motor Corporation pueda resultar poco familiar para el público general español, esta marca representa uno de los grandes conglomerados de la industria automotriz china, con una historia que se remonta a 1969.
Este gigante no solo produce vehículos propios de sus distintas submarcas, como por ejemplo Leapmotor, sino que también participa en importantes joint ventures (empresas conjuntas o alianzas estratégicas) con gigantes europeos como Stellantis y Renault, fabricando millones de vehículos al año.
La compañía, que además de producir coches, también fabrica camiones y furgonetas, se posiciona ahora a la vanguardia mundial con el lanzamiento de su eπ 007 (pronunciado epi 007), demostrando que su ambición va mucho más allá de ser un actor local.
Y es que, el mundo del automóvil se encuentra al borde de una de sus transformaciones más radicales. Dongfeng ha obtenido la aprobación oficial del Ministerio de Industria y Tecnología de la Información de China (MIIT) para comercializar su nuevo sedán eléctrico, el eπ 007.
Este vehículo no es uno más en el creciente mercado de los eléctricos puros. Es el primero de producción masiva de un gran fabricante que integra motores en las cuatro ruedas y, lo que es aún más sorprendente, que prescinde por completo de los frenos convencionales tal y como se conocen.

Tecnología escondida en la rueda
La clave de esta revolución reside en la tecnología de motores integrados en las ruedas. El Dongfeng eπ 007 incorpora cuatro unidades, fabricadas por Shanghai Automobile Electric Drive Co., Ltd., que ofrecen una potencia individual de 100 kW.
En conjunto, el sedán logra una potencia total impresionante de 400 kW (536 CV). Lo verdaderamente innovador es cómo esta arquitectura afecta al sistema de detención del vehículo.
El eπ 007 frena utilizando exclusivamente el magnetismo de sus motores, una forma de regeneración de energía que se vuelve lo suficientemente potente como para eliminar la necesidad de emplear discos, pinzas y zapatas.
Incluso el freno de estacionamiento tradicional es sustituido por un simple bloqueo electrónico de las ruedas al aparcar. Esta decisión audaz marca un punto de inflexión.

Ventajas de este sistema
Las ventajas de esta tecnología de propulsión y frenado integrado son múltiples y significativas. La eficiencia mejora notablemente, con una reducción de hasta un 30% en la pérdida mecánica del tren motriz. Además, se consigue una regeneración de energía hasta un 25% superior durante la frenada gracias a un control más preciso.
La eliminación de componentes tradicionales como el eje de transmisión y el diferencial, junto a los propios frenos, ahorra peso y libera un espacio crucial en el interior y bajo el capó.
Esto no solo se traduce en un piso completamente plano y más espacio para los pasajeros o para alojar baterías más grandes, sino también en una reducción del 20-30% en los costes de mantenimiento al desaparecer piezas complejas y de desgaste.

¿El fin de una era?
Por último, el control independiente de cada rueda mejora la tracción, la estabilidad y la maniobrabilidad, logrando incluso una reducción de entre el 10 y el 15% en el radio de giro del vehículo.
Unos números que mejoran considerablemente los estándares actuales y que abren un nuevo camino en la industria de la automoción.
En definitiva, el eπ 007, con sus 4,88 metros de longitud y su elegante silueta fastback, se convierte así en un estandarte de la ingeniería china y en el presagio de una automoción donde los discos de freno, presentes en los vehículos durante décadas, podrían convertirse en una reliquia del pasado.
Publicado originalmente por: https://motor.elpais.com/tecnologia/el-fin-de-los-frenos-convencionales-el-coche-electrico-chino-que-quiere-revolucionar-la-automocion/
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