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Uno de los puntos fundamentales de la agenda económica en México de los próximos 24 meses será la revisión del tratado comercial de Norteamérica.

Eso implica una redefinición de fondo de las relaciones de nuestro país con Norteamérica, lo que quizás sea uno de los temas centrales de estrategia económica de la próxima administración.

En ese contexto, una de las principales preocupaciones que hoy tienen las autoridades norteamericanas respecto a México son las crecientes importaciones provenientes de China.

Los datos más recientes corresponden a los primeros dos meses de este año.

Las importaciones totales del país alcanzaron en ese lapso 97 mil 576 millones de dólares. Las provenientes de China fueron de 19 mil 641 millones, lo que significa el 20 por ciento del total.

Si comparamos esas cifras con las del 2017, antes de los efectos de los aranceles impuestos por Trump y los efectos de la pandemia, encontramos que las importaciones totales crecieron 58.9 por ciento, en tanto que las provenientes de China lo hicieron en 86.8 por ciento.

El porcentaje en el total de los productos chinos subió tres puntos porcentuales en este periodo.

Para México, China no solo es ya el segundo socio comercial, solo detrás de Estados Unidos, sino que el ritmo anual de crecimiento de las importaciones para el bimestre que señalamos fue de 8.9 por ciento, el más alto entre los principales socios comerciales de México.

Considerando las crecientes inversiones de China, es probable incluso que el ritmo de crecimiento aumente.

Le refiero estos datos en el contexto de lo dicho ayer por la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, respecto a que ya se prepara la estrategia para la revisión integral del TMEC, que está programada para el 2026.

Hay que tomar en cuenta que los norteamericanos ya también se están preparando y uno de los temas que ellos tienen como prioridad es la sospecha de que las exportaciones mexicanas a EU podrían triangular productos chinos, para llegar a Estados Unidos sin pagar los aranceles vigentes o los más elevados, en caso de que prosperen iniciativas para aumentarlos aún más.

México ha rechazado las acusaciones relativas a esa pretendida triangulación, especialmente en el caso del acero, que es donde ya se hicieron acusaciones y se planteó una investigación desde febrero.

La preocupación de los industriales norteamericanos, sin embargo, es mucho más amplia e involucra a múltiples productos.

Si en Estados Unidos sigue presente esta visión en los siguientes meses, como todo indica, es probable que pretendan que en el TMEC haya mayores restricciones para la recepción de inversión china en México, lo que podría implicar un efecto negativo en el nearshoring, que ha tenido como uno de sus componentes, la recepción de inversiones provenientes de China.

Ya le hemos comentado muchas veces que, en el Registro Nacional de Inversión Extranjera Directa, China ni siquiera figura. Pero las cifras de la Secretaría de Economía respecto a anuncios realizados ponen al gigante de oriente en segundo lugar.

Ni modo, quedamos en medio del conflicto geopolítico y salvo que hubiera una gran sorpresa y se llegara a acuerdos, lo más probable es que las tensiones prevalezcan y nos arrastren.

Ni México puede enfrentarse frontalmente a Estados Unidos ni tampoco puede tirar por la borda las oportunidades que le ofrecen las inversiones chinas que han llegado o quieren llegar al país.

El reto será encontrar esa delgada línea que le permitirá sacar ventajas de esta coyuntura.

¿Lo lograremos?

Publicado originalmente por: https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/enrique-quintana/2024/04/25/alli-vienen-los-chinos/

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